Red Flú | Permiso

Uno de los pasos más importantes que tienes que dar ahora que posees por fin una vivienda propia es conectarla a la Red Flú, más que nada porque sabes que tu madre se volverá loca y a veces era más sencillo viajar por ella cuando terminabas totalmente molido después del trabajo. Simplemente, era una buena herramienta para ir y venir sin ocupar la aparición.

Aquella mañana te dirigiste con todos los documentos necesarios al Departamento de Transporte Mágico del Ministerio de Magia, habías podido encontrar un pequeño espacio en tu agenda para poder por fin realizar todo el aburrido trámite y permisos que se necesitaban. Te hubiera encantado pedirle Sky que solo lo tramitara y te lo diera, pero tampoco se trataba de abusar de la confianza de su amiga, mucho menos cuando estaba tan ocupada.

— Buenos días, vengo a tramitar el permiso para la Red Flú, aquí está mi identificación, la copia autorizada del contrato de la propiedad y la referencia de la chimenea — comentaste al profesional después de haber esperado por 15 minutos a que por fin alguien te atendiera, parecía que había demasiado movimiento en esos momentos y todo estaban vueltos locos.

— Un momento … — te comentó aquel chico que te había atendido, tu asentiste con la cabeza y dejaste que el trámite continuara, cómo te aburrían aquellos procedimientos legales, pero era parte de la seguridad y lo entendías, aunque no por eso no te parecía un fastidio total. Después de esperar un rato más el mismo joven que le había atendido volvió con un par de  pergaminos, entregándolos para que firmaras.

— Firme aquí y ponga sus iniciales aquí para autorizar la conexión… — te mencionaron tranquilamente, señalando los espacios correspondientes. Tú tomaste la pluma que había sobre la mesa y realizaste la firma, dejando ordenadamente cada uno de los pergaminos que te habían dado. — Esta es su copia del trámite — le entregó uno de los documentos luego de colocarle un sello especial. — Y aquí tiene la autorización — conjuró con la varita otro pergamino junto con un pequeño tarrito de polvos flú. — Este es un obsequio por ser su primera chimenea, cualquier problema no dude en venir a notificarlo y nosotros lo revisaremos — dijo y tú asentiste con la cabeza — Gracias — tomando el permiso y los polvos, guardándolos en tu bolso con hechizo de expansible. Era hora de volver a casa.

Chimenea: